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OPINIÓN

Fifa demandada

10 de agosto de 2025

Andrés Charria

Fundador de Tres Puntos Consultores
Canal de noticias de Asuntos Legales

En nuestro folclórico y muy mediocre fútbol, cualquier persona, jugador o entidad que intente demandar o cuestionar a la Federación Colombina de Fútbol, sus dirigentes, un club o una práctica se enfrenta a advertencias como “somos empresa privada”, “si nos demandan, nos desafilian” o “el fútbol es diferente”. Con esas premisas el fútbol colombiano se ha blindado de demandas y sanciones de entidades de control, ministerios y superintendencias, impunidad total. Con la ayuda supongo que desinteresada de abogados asesores de clubes que en un acto de prudencia supina sugieren a sus clubes asesorados no asumir determinadas conductas porque “puede pasar algo”.

Digo todo esto porque a la propia FIFA la están demandando en Europa por regular y promover prácticas anticompetitivas específicamente definidas en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores.

Una de las prácticas más usuales de los clubes, repito, respaldada por FIFA es que un jugador que termina su contrato de trabajo, con o sin justa causa y desea buscarse la vida en otro club ve impedida cualquier posibilidad de volver a trabajar pues el antiguo club le puede cobrar indemnizaciones muy altas que deberá pagar directamente el jugador, y acá viene la trampa de FIFA, y el nuevo club.

Supongamos que un jugador termina el contrato de trabajo con un club ruso y este dice que cobrará diez millones de dólares al jugador por perjuicios debidos a la ruptura temprana del contrato. Hasta ahí aparte de ser absurda la suma, no ocurre nada. Diferente es si esa suma, por arte de birlibirloque, debe pagarla el nuevo club, apoyado en un reglamento absurdo de FIFA.

Nuevamente, un jugador desesperado y bien asesorado decide, en vez de seguir la corriente a este entuerto, demandar y, con lo absurdo de la norma, ganar. Lass Diarrá fue esta vez quien tuvo el valor de desafiar esta regla. Y a partir de ese momento no se le puede cobrar al nuevo club las deudas del jugador con su antiguo club.

En cualquier otra actividad esta figura es, por lo menos absurda, en el fútbol hasta que el Tribunal de Justicia Europeo no lo consideró se utilizó ampliamente. Con el fallo Diarrá se acabó esa práctica. Llama la atención que abogados colombianos de grandes clubes ignoran esta situación y aconsejan a sus clientes asesorados no contratar buenos jugadores pues pueden ser objeto de pago de indemnizaciones en favor del antiguo club, figura retirada por FIFA. Renunciar a un buen jugador por una norma inaplicable no tiene sentido. Entiendo que en asuntos de tanto dinero la prudencia debe ser la norma, en este caso no veo prudencia, más bien ignorancia.

Finalmente, y luego del fallo, una fundación neerlandesa va a iniciar una acción de grupo contra FIFA y varias federaciones internacionales por una suma importante de dinero pues hay estudios que indican que esta figura redujo en aproximadamente el 8% de los ingresos de los jugadores.

Seguramente vendrán presiones y posibles arreglos para evitar un proceso desgastante que pone en evidencia el sistema de transferencias que enriquece a unos pocos, representa un obstáculo importante para muchos clubes y es un obstáculo a la libre competencia.

Como siempre dirán que esto acabará con el fútbol, ya lo dijeron con la Decisión Bosman y muchas otras y como siempre el fútbol se ajustará a lo ocurrido sin mayores tropiezos. Es difícil pensar que cambiar de empleador, para un trabajador es bastante sencillo mientras que hacerlo en el fútbol es casi imposible.

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